Transición en Nicaragua de la dictadura de Ortega a la de su esposa

En Nicaragua se han producido una serie de cambios en las principales instituciones estatales en los últimos meses, aparentemente como parte de un proceso de sucesión dentro del régimen liderado por Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. El jefe de seguridad del dictador, Marcos Alberto Acuña Avilés, fue destituido por supuestamente desobedecer órdenes superiores, lo que lo llevó a recibir una baja deshonrosa y enfrentar cargos por incumplimiento de deberes, desobediencia e insubordinación. Se especula que la tensión entre Acuña y Murillo habría sido la causa de su salida, que forma parte de un plan más amplio de Murillo para asegurar lealtad en las instituciones estatales y consolidar su poder.

Analistas señalan que Murillo ha tomado el control de facto en Nicaragua en los últimos años y ha estado preparándose para asumir el poder en lugar de Ortega, quien se encuentra envejecido y con problemas de salud. Se ha especulado sobre la posibilidad de que la sucesión sea asumida por el hijo de la pareja, Laureano Ortega Murillo, pero se considera poco probable debido a su falta de preparación y a los intentos de Murillo de justificar su ascenso al cargo de presidente en caso de fallecimiento de Ortega. Los nicaragüenses mantienen la esperanza de una fractura en la dictadura, pero esta posibilidad parece disminuir a medida que Murillo consolida su poder.