El alcalde confiesa su impresión sobre el futuro de la ciudad.

El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, pretende utilizar su “método olfativo” para detectar corrupción en contratos, como el de la estación central del metro de Lima. A pesar de no contar con autorización municipal, la obra está amparada por la Ley de Endeudamiento del Sector Público. El alcalde no puede imponer sus opiniones sobre la ley y debería recurrir a instancias legales si cree que se está incumpliendo. Establecer penalidades unilaterales no es correcto y el Gobierno debe garantizar el respeto a la ley para fomentar la inversión.