En su columna, Carlos Hakansson aborda el tema de la institucionalidad y sus garantías.

Las comunidades políticas con dificultades para consolidar un sistema de partidos sólido deben reconocer que esta debilidad podría socavar las libertades a largo plazo. Es importante que los partidos cumplan con un compromiso de lealtad a la Constitución y las leyes. En países con democracias de baja intensidad, se deben establecer garantías institucionales para prevenir la aparición de outsiders o radicales. Ejemplos de ello son la Ley Fundamental de Bonn en Alemania y la Constitución Española, que permiten la intervención del Estado en caso de desacato a la Constitución y las leyes. Estas garantías son esenciales en contextos donde un Estado democrático carece de un sistema de partidos estable y dimensionado.