La calle contradice al ministro.

La declaración del ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, de que en el Perú no hay hambre generó indignación, especialmente ante el aumento de la desnutrición crónica en niños menores de 5 años y la falta de consumo de proteínas esenciales en la población. La situación de pobreza y malnutrición refleja una economía paupérrima que no permite un mayor crecimiento ni atrae inversiones, lo que demuestra que las prioridades del Gobierno están invertidas y se limitan a cobrarse revanchas en lugar de abordar los problemas de fondo como la violencia delictiva, la pobreza y la malnutrición.

En una encuesta se reveló que el 42% de los peruanos en algunas ocasiones no han podido comer por falta de dinero en el último mes, siendo aún más alarmante en el área rural donde se eleva al 51%. La ministra de Vivienda pide a los peruanos que recen para que las autoridades dejen de robar, insinuando que una fuerza sobrenatural podría ser la única solución para los problemas del país.